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Una de las metas a conseguir desde la atención residencial es que las personas en situación de dependencia sean individuos activos y estén implicados tanto en el desarrollo de las actividades de la vida diaria como en otras propuestas lúdicas, educativas, recreativas, sociales y culturales que son programadas desde el Centro Residencial. El ocuparse en actividades constructivas facilita el mantenimiento de la salud bio-psicosocial. No es una cuestión de rellenar el tiempo de los usuarios, sino de estimularles a través de intervenciones que les hagan sentir que son ellos quienes controlan su existencia, así como percibir que son capaces de tomar decisiones en diversos aspectos de sus vidas.
La metodología a emplear para favorecer las relaciones sociales ha de ser participativa, flexible, dinámica, ajustada a las demandas de los residentes y adaptada a las áreas de sus necesidades.

Las actividades pueden ser desarrolladas dentro del centro o en el exterior, según su contenido y finalidad, siempre teniendo como meta la participación de los usuarios y que ellos mismos sean los protagonistas de las acciones programadas.
Para desarrollar a nivel individual las habilidades sociales es necesario mantener entrevistas con los usuarios cada cierto tiempo.
Para lograr el aprendizaje de conductas más competentes se utilizan diferentes estrategias:

Indicaciones conductuales: explicar al residente las conductas concretas y los comportamientos, así como su adecuación, ofreciendo instrucciones de manera verbal o con apoyo escrito y audiovisual.

Asignación de tareas: la persona debe practicar hasta la siguiente sesión una conducta específica.

Ofrecer modelos de acción: hacer una demostración de los patrones de conducta que deben ser aprendidos, ofreciendo al usuario la observación de comportamientos nuevos para que sean incluidos en su repertorio conductual.

Estrategias para el aprendizaje de conductas más competentes

Estrategias para el aprendizaje de conductas más competentes

Probar alternativas: representar escenas que simulan situaciones de la vida real y valorar el efecto positivo de determinadas conductas para que aprenda aquellas que no poseía o perfeccione aquellas otras que ya realizaba.

Repasar lo aprendido: proporcionar a la persona información específica y útil sobre aquellas conductas que haya realizado correctamente y señalar aquellas otras que aún puede mejorar.

Felicitaciones: reconocer el esfuerzo por modificar actitudes negativas, valorar las conductas habilidosas y motivarle continuamente en su proceso de aprendizaje.

COMPETENCIAS PERSONALES DESARROLLADAS POR EL TRABAJO EN GRUPO Y SUS EFECTOS POSITIVOS

La capacidad de expresión de los participantes.

  • Generaliza el conocimiento y la adquisición de otros puntos de vista.
  • Libera la comunicación de emociones.

La empatía.

  • Estimula el “ponerse en el lugar de otro”.
  • Ayuda a conocer los puntos de vista de los demás.
  • Desarrolla el pensamiento divergente y crítico en los participantes.

Los cambios de actitudes.

  • Aumentan la motivación personal.
  • Crean una atmósfera cooperativa.
  • Consolidan el grupo.

Las relaciones humanas.

  • Ofrecen una mayor calidad del contacto y mayor cantidad de intercambios.
  • Promueven la solidaridad sin invadir la intimidad individual.

La satisfacción individual de las necesidades sociales.

  • Fomenta el sentido de pertenencia, el escuchar y sentirse escuchado, el respeto al otro y el compromiso.

Las posibilidades de acción.

  • Facilitan una mayor competencia en las tareas. Incrementan los sentimientos de eficacia.
  • Aumentan la productividad.

Por otro lado, usamos la animación como estrategia grupal de intervención para favorecer la integración de los usuarios y para que la cohesión del grupo sirva como una red de apoyo social. Las actividades serán propuestas tanto para la rehabilitación de competencias (a lo que denominamos animación terapéutica) como para ocupar el espacio de ocio y tiempo libre (animación recreativa). En cualquier caso, deben estar conectadas con las necesidades sociales de la comunidad residencial.
Utilizar técnicas grupales que estimulen la participación de los usuarios en las pequeñas decisiones de la vida cotidiana y actuars en diferentes ámbitos de la vida residencial: en talleres concretos, en el momento del comedor, durante salidas al exterior, en el tiempo libre del Centro Residencial, etc. Recomendamos el trabajo en grupo, ya que favorece el desarrollo de competencias personales, con los correspondientes efectos positivos que ello conlleva.